viernes, 23 de marzo de 2012

Un escándalo que dura más de dos mil años

Hagamos un esfuerzo, e imaginemos por un momento que soy el copropietario de una empresa. Una gran empresa a nivel internacional. Una empresa con dos mil millones de clientes repartidos por todo el mundo. Algunos de estos clientes no están del todo satisfechos con los productos que les ofrecemos pero, ya sea por convicción o convencimiento, prácticamente todos ellos siguen comprando nuestros productos alguna vez que otra.

Imaginemos que mi empresa es un poco particular pues, al constituirla, decidimos establecer una serie de normas inviolables que deberían ser respetadas por nuestros trabajadores y/o clientes.

En primer lugar, decidimos que las mujeres tendrían un papel secundario en nuestra organización. El presidente de nuestro Consejo de Administración siempre sería un varón. Pero no nos quedamos ahí, ni mucho menos. Tampoco permitiríamos que una mujer pudiera ocupar ningún puesto de responsabilidad dentro de nuestra empresa. Se deberían limitar a ser dependientas de nuestros establecimientos, sin ninguna posibilidad de ascenso.
En cualquier país “desarrollado” esto, ¿sería un escándalo, verdad?

Continuamos pensando, y quisimos entrar un poco más en la intimidad de nuestros clientes. Concretamente en su orientación sexual. Decidimos que gays, lesbianas, transexuales, o cualquier persona que no fuera pura y cástamente heterosexual no sería bien recibida en nuestras tiendas. Es más, nuestros dependientes se encargarían de recordarles lo desgraciados que son por sufrir tan tremenda enfermedad. Y no sólo nuestros clientes, tampoco admitiríamos en nuestras organización ningún trabajador con cualquier tendencia indeseable.
En cualquier país “desarrollado” esto, ¿sería un escándalo, verdad?

Pero no acaban ahí las particularidades de nuestra empresa. Comprobamos hace algún tiempo que el sector inmobiliario estaba repleto de oportunidades de enriquecimiento, así que decidimos probar suerte en el mundillo. Aunque no fue de una forma muy ortodoxa. Aprovechamos un vacío legal para apropiarnos de infinidad de inmuebles por todo el territorio nacional. Algunos lo llaman expolio, pero nosotros preferimos decir “oportunidades de negocio”. Si queréis conocer un poco más sobre este asunto, os dejo un enlace dónde hablan de nosotros... 
En cualquier país “desarrollado” esto, ¿serían un escándalo, verdad?

Podría extenderme mucho más, pero mejor no hablar de la forma en la que nos expandimos cuando empezamos nuestra andadura o de los abusos que cometieron muchos de nuestros empleados, y que aún nos cuesta tanto condenar. O de las campañas que hacemos en todo el mundo sobre sexualidad, y que ponen en peligro la salud de millones de personas.

Podrán suponer que, teniendo en cuenta nuestros muchos excesos, los distintos Gobiernos habrán hecho lo imposible para pararnos los pies. Nada más lejos de la realidad. Les confieso que soy yo el primer sorprendido, pero desde tiempo inmemorial disfrutamos de una serie de ventajas de las que no disfruta ninguna otra empresa.

¿Ventajas en lo económico? Unas cuantas: nuestros clientes, en su declaración del IRPF, pueden destinar parte de sus impuestos a la subvención de nuestros productos (dinero que dejan de ingresar las Administraciones); hasta hace unos cuantos años, el IVA nos lo pasábamos por...ahí mismo. Hasta que la UE obligó al Estado a cobrárnoslo, pero nos compensó con un aumento de la parte del IRPF que nos daban nuestros clientes así que, lo comido por lo servido; la UE no ha podido tocar el IBI, la famosa contribución, por tanto ese impuesto aún no lo pagamos; ¿seguimos? Si no saben a quien donar sus bienes, piensen en nosotros, que tampoco pagamos impuesto sobre donaciones. Paro por no aburrirles. ¿Les parece esto un escándalo?


Pues para que hablarles de la publicidad que nos hace el Estado. Les cuento: todos los alumnos de colegio o instituto (¿Financiado por nosotros? No, financiado por ustedes) tienen una asignatura donde se les ensalzan las magníficas características de los productos que vendemos en nuestra empresa. No es obligatoria, no vayan a pensar mal, pero suele estar bien puntuada por si hace falta una ayudita en Selectividad. ¿Sería esto un escándalo en cualquier país “desarrollado”?

Pues bien, dejen de imaginar que no es necesario. En España esta empresa existe y está muy presente en la vida de cada uno de nosotros. Se llama Iglesia Católica. Este artículo no juzga ninguna creencia, ni mucho menos, todas ellas son respetables, incluso la mía. Y sería muy injusto no comentar las tantísimas personas que, en nombre de la Iglesia, hacen una labor increíble en favor de los más necesitados, dándolo todo a cambio de nada. Para todas esas personas no tengo más que admiración y agradecimiento.

Lo que pretende este artículo es denunciar la gran injusticia social que supone esta serie de ventajas de las que disfruta la Iglesia Católica, en un país que se declara oficialmente laico desde hace muchos años, pero que no ha practicado ese laicismo en ningún sentido. Y acabo con una pregunta, ¿qué poder ejerce la Iglesia que hace que ningún partido político, de una u otra ideología, haya sido hasta el momento capaz de hacer cumplir ese laicismo del que habla nuestra Constitución? Seguro que hay muchas respuestas, pero yo les dejo una: VOTOS.

@Elfara_chico









8 comentarios:

  1. No sere yo el que defienda a la iglesia, pero este articulo pasa muy de puntillas sobre la labor que la iglesia ejerce sobre los mas desfavorecidos y como las tan famosas ONG estan fracasando estrepitosamente a la hora de ayudar a muchisima gente que necesita comer todos los dias diariamente, no en el Africa subsaharia ( que tambien ) sino aqui en nuestras mismas calles.

    Y como bien dices en este articulo, si te sale de las pelotas no contribuyes con la Iglesia, y aqui paz y despues gloria. Como me molaria a mi decir lo mismo de los sindicatos, esa pandilla de desgraciados que solo saben defenderse a ellos mismos.

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  2. le contesto al anonimo.....Si contribuyes siempre!!!! porque hay unos acuerdos con la Santa Sede.....así que contribuímos todos....todos los años, desde el Estado....

    Como me molaría a mi decir eso de las organizaciones empresariales, que también reciben dinero del estado, y de los partidos políticos que también reciben dinero.....Y a qué a ti tampoco te caen bien los "Malditos Funcionarios"???....y a los "cerdos interinos" los matarías?????

    Basta ya de defender a la religión....una creencias que desde el principio de la historia solo han producido guerras, desatres, asesinatos, desfalcos, robos, e.t.c....

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  3. Vaya forma mas simple de resumir dos mil años de historia. Hay que leer un poquito mas...la iglesia ha hdcho grandes barbaridades pero tambien ha prestado grandes servicios.No todo es blanco o negro.

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    1. Es que si todos fueramos más "simples", como tu dices, que segun parece te presupones muy culto,...nos iría algo mejor,..y si, las cosas o son blancas o negras,..no existen las medias tintas,....

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  4. Como bien dice Chirri, contribuimos todos sin excepción: primero, porque la casilla correspondiente del IRPF es sólo una pequeña parte del dinero que reciben la Iglesia Católica, el resto es del dinero de todos; segundo, porque lo que recibe del IRPF es dinero que deja de recibir el Estado y, por tanto, dejamos de recibir todos.

    Sobre la labor que hace la Iglesia con los más desfavorecidos, queda recogido en el artículo, y no creo que sea más importante de la que hacen cientos de organizaciones no católicas.

    La comparación con los sindicatos, creo que no tiene mucho sentido en este caso.

    Gracias por los comentarios!

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  5. Ehhhmm hablamos de caparras que no hacen nada por nuestra vida, y yo te digo que no tengo la opcion de no pagarle a los sindicatos, cosa que con la Iglesia si que tengo.

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    1. Lo de caparras y tal son opiniones tuyas, totalmente respetables y discutibles.
      Pero repito, con la Iglesia tampoco tenemos la opción de no pagar.

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    2. Que si, que si, que el rollo de los sindicatos está muy bien,..pero destinamos el mismo dinero a organizaciones empresariales,..que tampoco nos preguntan si queremos subvencionarlas,..y ya no hablo de la Iglesia,....

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