Hagamos un esfuerzo, e imaginemos por
un momento que soy el copropietario de una empresa. Una gran empresa
a nivel internacional. Una empresa con dos mil millones de clientes
repartidos por todo el mundo. Algunos de estos clientes no están del
todo satisfechos con los productos que les ofrecemos pero, ya sea por
convicción o convencimiento, prácticamente todos ellos siguen
comprando nuestros productos alguna vez que otra.
Imaginemos que mi empresa es un poco
particular pues, al constituirla, decidimos establecer una serie de
normas inviolables que deberían ser respetadas por nuestros
trabajadores y/o clientes.
En primer lugar, decidimos que las
mujeres tendrían un papel secundario en nuestra organización. El
presidente de nuestro Consejo de Administración siempre sería un
varón. Pero no nos quedamos ahí, ni mucho menos. Tampoco
permitiríamos que una mujer pudiera ocupar ningún puesto de
responsabilidad dentro de nuestra empresa. Se deberían limitar a ser
dependientas de nuestros establecimientos, sin ninguna posibilidad de
ascenso.
En cualquier país “desarrollado” esto, ¿sería un escándalo, verdad?
En cualquier país “desarrollado” esto, ¿sería un escándalo, verdad?
Continuamos pensando, y quisimos entrar
un poco más en la intimidad de nuestros clientes. Concretamente en
su orientación sexual. Decidimos que gays, lesbianas, transexuales,
o cualquier persona que no fuera pura y cástamente heterosexual no
sería bien recibida en nuestras tiendas. Es más, nuestros
dependientes se encargarían de recordarles lo desgraciados que son
por sufrir tan tremenda enfermedad. Y no sólo nuestros clientes,
tampoco admitiríamos en nuestras organización ningún trabajador
con cualquier tendencia indeseable.
En cualquier país “desarrollado”
esto, ¿sería un escándalo, verdad?
Pero no acaban ahí las
particularidades de nuestra empresa. Comprobamos hace algún tiempo
que el sector inmobiliario estaba repleto de oportunidades de
enriquecimiento, así que decidimos probar suerte en el mundillo.
Aunque no fue de una forma muy ortodoxa. Aprovechamos un vacío legal
para apropiarnos de infinidad de inmuebles por todo el territorio
nacional. Algunos lo llaman expolio, pero nosotros preferimos decir
“oportunidades de negocio”. Si queréis conocer un poco más
sobre este asunto, os dejo un enlace dónde hablan de
nosotros...
En cualquier país “desarrollado”
esto, ¿serían un escándalo, verdad?
Podría extenderme mucho más, pero
mejor no hablar de la forma en la que nos expandimos cuando empezamos
nuestra andadura o de los abusos que cometieron muchos de nuestros
empleados, y que aún nos cuesta tanto condenar. O de las campañas
que hacemos en todo el mundo sobre sexualidad, y que ponen en peligro
la salud de millones de personas.
Podrán suponer que, teniendo en cuenta
nuestros muchos excesos, los distintos Gobiernos habrán hecho lo
imposible para pararnos los pies. Nada más lejos de la realidad. Les
confieso que soy yo el primer sorprendido, pero desde tiempo
inmemorial disfrutamos de una serie de ventajas de las que no
disfruta ninguna otra empresa.
¿Ventajas en lo económico? Unas
cuantas: nuestros clientes, en su declaración del IRPF, pueden
destinar parte de sus impuestos a la subvención de nuestros
productos (dinero que dejan de ingresar las Administraciones); hasta
hace unos cuantos años, el IVA nos lo pasábamos por...ahí mismo.
Hasta que la UE obligó al Estado a cobrárnoslo, pero nos compensó
con un aumento de la parte del IRPF que nos daban nuestros clientes
así que, lo comido por lo servido; la UE no ha podido tocar el IBI,
la famosa contribución, por tanto ese impuesto aún no lo pagamos;
¿seguimos? Si no saben a quien donar sus bienes, piensen en
nosotros, que tampoco pagamos impuesto sobre donaciones. Paro por no
aburrirles. ¿Les parece esto un escándalo?
Pues para que hablarles de la
publicidad que nos hace el Estado. Les cuento: todos los alumnos de
colegio o instituto (¿Financiado por nosotros? No, financiado por
ustedes) tienen una asignatura donde se les ensalzan las magníficas
características de los productos que vendemos en nuestra empresa. No
es obligatoria, no vayan a pensar mal, pero suele estar bien puntuada
por si hace falta una ayudita en Selectividad. ¿Sería esto un
escándalo en cualquier país “desarrollado”?
Pues bien, dejen de imaginar que no es
necesario. En España esta empresa existe y está muy presente en la
vida de cada uno de nosotros. Se llama Iglesia Católica. Este
artículo no juzga ninguna creencia, ni mucho menos, todas ellas son
respetables, incluso la mía. Y sería muy injusto no comentar las
tantísimas personas que, en nombre de la Iglesia, hacen una labor
increíble en favor de los más necesitados, dándolo todo a cambio
de nada. Para todas esas personas no tengo más que admiración y
agradecimiento.
Lo que pretende este artículo es
denunciar la gran injusticia social que supone esta serie de ventajas
de las que disfruta la Iglesia Católica, en un país que se declara
oficialmente laico desde hace muchos años, pero que no ha practicado
ese laicismo en ningún sentido. Y acabo con una pregunta, ¿qué
poder ejerce la Iglesia que hace que ningún partido político, de
una u otra ideología, haya sido hasta el momento capaz de hacer
cumplir ese laicismo del que habla nuestra Constitución? Seguro que
hay muchas respuestas, pero yo les dejo una: VOTOS.
@Elfara_chico
No sere yo el que defienda a la iglesia, pero este articulo pasa muy de puntillas sobre la labor que la iglesia ejerce sobre los mas desfavorecidos y como las tan famosas ONG estan fracasando estrepitosamente a la hora de ayudar a muchisima gente que necesita comer todos los dias diariamente, no en el Africa subsaharia ( que tambien ) sino aqui en nuestras mismas calles.
ResponderEliminarY como bien dices en este articulo, si te sale de las pelotas no contribuyes con la Iglesia, y aqui paz y despues gloria. Como me molaria a mi decir lo mismo de los sindicatos, esa pandilla de desgraciados que solo saben defenderse a ellos mismos.
le contesto al anonimo.....Si contribuyes siempre!!!! porque hay unos acuerdos con la Santa Sede.....así que contribuímos todos....todos los años, desde el Estado....
ResponderEliminarComo me molaría a mi decir eso de las organizaciones empresariales, que también reciben dinero del estado, y de los partidos políticos que también reciben dinero.....Y a qué a ti tampoco te caen bien los "Malditos Funcionarios"???....y a los "cerdos interinos" los matarías?????
Basta ya de defender a la religión....una creencias que desde el principio de la historia solo han producido guerras, desatres, asesinatos, desfalcos, robos, e.t.c....
Vaya forma mas simple de resumir dos mil años de historia. Hay que leer un poquito mas...la iglesia ha hdcho grandes barbaridades pero tambien ha prestado grandes servicios.No todo es blanco o negro.
ResponderEliminarEs que si todos fueramos más "simples", como tu dices, que segun parece te presupones muy culto,...nos iría algo mejor,..y si, las cosas o son blancas o negras,..no existen las medias tintas,....
EliminarComo bien dice Chirri, contribuimos todos sin excepción: primero, porque la casilla correspondiente del IRPF es sólo una pequeña parte del dinero que reciben la Iglesia Católica, el resto es del dinero de todos; segundo, porque lo que recibe del IRPF es dinero que deja de recibir el Estado y, por tanto, dejamos de recibir todos.
ResponderEliminarSobre la labor que hace la Iglesia con los más desfavorecidos, queda recogido en el artículo, y no creo que sea más importante de la que hacen cientos de organizaciones no católicas.
La comparación con los sindicatos, creo que no tiene mucho sentido en este caso.
Gracias por los comentarios!
Ehhhmm hablamos de caparras que no hacen nada por nuestra vida, y yo te digo que no tengo la opcion de no pagarle a los sindicatos, cosa que con la Iglesia si que tengo.
ResponderEliminarLo de caparras y tal son opiniones tuyas, totalmente respetables y discutibles.
EliminarPero repito, con la Iglesia tampoco tenemos la opción de no pagar.
Que si, que si, que el rollo de los sindicatos está muy bien,..pero destinamos el mismo dinero a organizaciones empresariales,..que tampoco nos preguntan si queremos subvencionarlas,..y ya no hablo de la Iglesia,....
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