lunes, 19 de marzo de 2012

Esto no es mio

Ha vuelto a saltar la polémica en el mundo de la música. Esta vez ha sido Rosario Flores  a la que le ha tocado ponernos los pelos de punta gracias a una versión que ha hecho (o perpetrado) del Love me do de The Beatles. Después de recomponernos de la noticia, los que nos llamamos a nosotros mismos "defensores de la música" nos hemos puesto manos a la obra y a base de twits y demás la hemos liado gorda (o eso es lo que nos creemos). Aún está en la memoria la canallada que hizo Ramoncín con el Come as you are de Nirvana para que otra imbécil de las que tanto dan la tabarra defendiendo la propiedad intelectual nos haga ciscarnos en todos los santos del mestizaje musical. Todo esto me ha dado que pensar (cosa que hago regularmente, en contra de lo que muchos opinen), y centrado en el tema peliagudo de las versiones, me he decidido a hablar de ello.

Eddie Cochran
Definamos versión como la re-interpretación de una canción por parte de otro músico distinto al compositor o intérprete original. Esta vaga y burda explicación nos servirá para desarrollar el tema, que tampoco nos vamos a meter en camisas de once varas. Pues bien, esto se lleva haciendo desde que el hombre es hombre y un día le dio por hacer música. Para no irnos a los comienzos de la humanidad y hacer un estudio antropológico diré que todos bailamos Twist and shout interpretada por The Beatles sin saber que es una versión de Top Notes, The Who ya hicieron de las suyas del Summertime blues de Eddie Cochran y hasta hace poco yo mismo creía que All along the wachtower era del propio Jimmy Hendrix, y que Bob Dylan me perdone. Con estos antecedentes, en los que vemos a los más grandes modificar ideas concebidas por otros, podemos dar por justificada la práctica.

La principal motivación que lleva a una banda a hacer una versión es la propia admiración hacia el interpreté original. Por otro lado, hay muchas formas de versionar, desde hacer un calco a la versión original, como por ejemplo la versión del You really got me de The Kinks que hizo Van Halen, pasando por una ligera modificación, Sepultura y su versión de Bullet the blue sky de U2, a una total y completa adaptación al estilo del que versiona, donde casi no se aprecia el original,  With a little help from my friends por Joe Cocker (original de The Beatles). Todas ellas magníficas nuevas recreaciones de temas ya compuestos, hechas desde el respeto y la admiración. Nada que objetar a ellas. La música es un arte vivo, y una canción sufre transformaciones dependiendo de aquel que le quiera hacer justicia.

Alien Ant Farm
Muchas son las veces en que una versión hace que un grupo alcance la fama, y muchas es precisamente por eso por lo que se vuelve a caer en el olvido (¿Alguien se acuerda de Alien Ant Farm y su Smooth criminal de Michael Jackson?). En otros casos un artista populariza una canción de otro, como es el caso del Hallelujah de Leonard Cohen, que pasó desapercibido para sus fans hasta que Jeff Buckley lo grabó para el magnífico Grace. Lo más triste de todo llega cuando la gente no sabe que el tema es una versión, como I will always love you, que no es de Whitney Houston, sino de Dolly Parton.

Los fans suelen cabrearse cuando ven una canción de un grupo al que admira "destrozada" por alguien. Para mi una buena versión siempre tiene hueco en un disco. Por mucho que gente cercana a mi opine que Los Enemigos deberían estar en la cárcel por su versión de Señora de Serrat, o que a Barricada hay que coserlos a balazos por hacer de las suyas con Sueño con serpientes de Silvio Rodríguez, esto no hace más que demostrar que distintas maneras de hacer música se pueden unir, sin perjuicio de una canción. En conclusión, no hay para ponerse así. Por otro lado, y por mucho que me llaméis hipócrita, muchos se merecen los peores tormentos del infierno. Rosario, la próxima vez te quedas en tu casa.

Marcos

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