lunes, 20 de febrero de 2012

El interior del amor

Hay grupos que nos gustaría que sacaran disco cada cuatro días. Siempre volvemos a los discos viejos, pero cuando publican un nuevo trabajo nos preguntamos cómo pudimos vivir sin ellos. A mi me pasa con la banda que nos toca esta semana, la neoyorkina Nada Surf. Para mí son un ejemplo de sobriedad  y buen hacer.Todo es exquisito en ellos, las baterías, las melódicas líneas de bajo, las guitarras, las melodías. La versión de Electrocution de Billi Fox que hicieron para el álbum de versiones If I Had Hi-Fi roza la perfección. A todos nos gustan las grandes producciones y los grandes presupuestos, pero deberíamos volver más a menudo a escuchar a estos grandes del rock, que anteponen buenas canciones sin aspavientos a la sobre-experimentación que muchos nos intentan colar. Composiciones de una calidad extrema que no hacen más que afirmar que Nada Surf se merecen la legión de seguidores que los alaban y esperan noticias suyas desde cualquier rincón del planeta.

Al igual que les pasó a Weezer, como explico en el artículo No todo es alegría, este grupo estaba destinado a ser un one hit wonder cuando en 1996 publicaron su debut High/Low. El single Popular les hizo llegar a lo más alto de los charts y caló en la juventud americana (unos supongo que se sintieron identificados y otros no pillaron la ironía). Pero con el lanzamiento de su segundo disco The Proximity Effect consiguieron consagrarse con canciones como Firecracker, Amateur o Hyperspace. El futuro del power pop estaba en buenas manos. Ahora publican The Stars Are Indifferent To Astronomy, donde vuelven a sus raíces más cañeras cercanas al noise.

Aunque el sonido de la banda sufrió un pulido en los discos The Weight Is A Gift y Lucky, no abandonó su sonido y nos dejó joyas como Always Love. Como ya he dicho, en esta ocasión vuelven al sonido que les dio la fama, pero mezclado con lo que han hecho en sus últimos trabajos. Demuestra su buena forma canciones como Jules And Jim, Teenage Dream o Clear Eye Clouded Mind, que abre el álbum. Tan recomendable como cualquiera, el disco vuelve a colocar en primera línea del rock mundial al trío de Nueva York (el bajista es madrileño pero afincado en Estados Unidos desde la niñez, para aquellos que les vaya lo del orgullo patrio).

Hoy me cuesta escribir, pero es que no se que más contar de ellos. Quizás no me salgan las palabras porque tienen canciones tan redondas que a veces asustan, y lo hacen muy a menudo. Cuatro años han pasado desde la publicación de su último material nuevo, aunque nos dieron un respiro con el disco de versiones, y desde el momento en que nos sepamos todas las canciones de éste esperaremos otra vez con ansia una nueva entrega de su excelente música. A todos los lectores, sin distinción de gustos musicales, les recomiendo que les den una oportunidad. Únanse a las hordas de seguidores que este grupo tiene, que si preguntan se sorprenderán del gran número de gente que los conoce y veneran. Al fin y al cabo, quienes hacen cosas tan bonitas como Inside Of Love se lo merecen.

Marcos

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