A mediados de los ochenta, en el corazón de Texas, el guitarrista Dimebag Darrel y su hermano, el batería Vinnie Paul decidieron formar una banda que demostrara el amor que le tenían a la música de los 70 y al glam-rock en particular. A ellos se les unirían el bajista Rex Brown y el vocalista Terry Glaze, para completar la primera formación de Pantera. Hasta aquí todo bien, pero entonces empezó una época en la historia del grupo que no todo el mundo conoce. Lo curioso es que los tres primeros discos fueron orientados al glam-rock, no al metal que les hizo famosos. Si a alguien le pica la curiosidad que los escuche, Metal magic, Projetcs in the jungle y I am the night. No estoy en posición de meterme con nadie, pero joder, que cosa más fea. Bueno, lo importante es que después de que despidieran a Glaze por blando y metieran al gran Phil Anselmo la cosa cambió. Con influencias del thrash metal inventaron un sonido denso y extremo. Tras un pequeño avance con Power metal, publicaron Cowboys from hell, primer clásico de la banda.
Así llegamos a Vulgar display of power, el que nos toca hoy. El disco es como la portada, un puñetazo en la cara, pero cuando pasa te das cuenta que te gusta el sabor de la sangre. Tan extremo como delicioso. Una muestra de virtuosismo en cada canción, desde los endiablados ritmos de batería, las guitarras chillonas y la voz gutural. Todo encaja a la perfección. Desde frenéticos desparrames como Fucking hostile y Rise a ritmos más pausados como Walk o This love, que muestra lo gran vocalista que Anselmo puede llegar a ser. Sin duda gente ruda, como en el sur de USA.
Tras eso llegaron discos tan notables como Far beyond driven, The great southem trendkill, donde el sonido se volvió aún más duro, y Reinventing the steel. Todos piezas indispensables dentro del metal. Tras su disolución en 2003 y el asesinato de Dimebag Darrel en 2004 la trayectoria de la banda llegó a su fin. Hay que ser muy necio para no apreciar a estos sureños. No encontrarás alegres melodías, y más que sentirte feliz saldrás de tu casa con ganas de partirle la cara a alguien. Pero la sensación es agradable, os lo prometo.
Marcos
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