Si
tuviera que decir todo lo que pienso de este tenista no cumpliría con los
límites impuestos para este blog, por lo que voy a intentar dar una idea
general de lo que representa para el tenis, vamos: “un ojo de halcón”. Voy a
empezar desde el momento que se considera su consagración en el tenis mundial,
cuando venció a Pete Sampras en Wimbledon
en 2001, que había ganado las cuatro últimas ediciones consecutivas. Ahí es
cuando se empieza a ver al Federer que todos conocemos, en resumen el jugador
más versátil de la historia. Su drive es el mejor de los últimos tiempos, hay que analizar su revés con lupa para enmarcarlo en la historia, y está aprendiendo a jugar con cabeza cada torneo para llegar fresco a la
final, cosa que con el paso de los años es muy importante. Esta última característica le está
ayudando mucho este año, ya que con 31 años sus piernas notan el peso de los
torneos a cinco sets. Desde el 2001 hasta ahora Roger no ha hecho otra cosa que
escribir con buena letra, páginas en la historia del tenis. Ha ganado 16 Grand
Slam, hecho que no tiene precedentes, está a una semana de convertirse en el
tenista con más semanas en el número uno de la clasificación ATP, es uno de los
siete tenistas que ha logrado el Grand Slam, etc. Todos estos méritos y muchos
más que no he nombrado le han creado una reputación histórica y a que sea
considerado por muchos expertos, aficionados, compañeros y ex-compañeros como
el mejor tenista de toda la historia. Su estilo es magnifico y su presencia
tanto dentro como fuera de las pistas es el de un señor, tanto es así que en el
2011 fue elegido el segundo humano más confiable y respetado del mundo, sólo
superado por el mismísimo Mandela. A esto es a lo que hacía referencia en el
primer párrafo.
Lo que
me hizo intentar escribir, digo intentar porque no hace justicia lo que hago, sobre este espectacular deportista fue su última
actuación en Roland Garros, el partido del pasado lunes contra Del Potro. Un
partido de cuartos de final, pero que quedo bajo la sombra del enfrentamiento
entre Djokovic y Tsonga. El argentino se puso por delante ganando los dos
primeros sets y teniendo a Federer desquiciado, cosa que no había visto en mi
vida. Tanto es así que se escuchó al suizo pedir al público silencio de forma
airada, cuando ese público le ha adorado como un dios. Parece ser que de
repente algo cambió en la mentalidad de Roger y empezó a jugar a lo que
realmente sabe: un tenis perfecto. En el momento que el argentino pierde su
primer break, Federer empieza a castigarlo en base a esa rodilla dañada. Sabía
dónde hacer daño. Remontó el partido, jugo con cabeza después del segundo set y
volvió a colocarse en las semifinales de un Grand Slam, otro record que
ostenta: el de ser el tenista con más semifinales en los grandes. No está en su
mejor momento físico, se le nota, pero esta creando otro genio basado en medir
los tiempos y en saber el momento correcto para atacar. Tiene que dosificarse
para poder ser competitivo, y está aprendiendo a hacerlo velozmente. Quiere
seguir escribiendo páginas en su biografía, que ya es larga.
Admiro
a este jugador como no he admirado a un tenista nunca, ver un partido realmente
me recuerda a ver jugar a otros magos de su deporte. Será una verdadera lastima
cuando decida retirarse, este deporte perderá al mejor jugador de su historia a
falta que lo supere alguno, que siempre es posible. Se que mucho están a favor
de uno de sus eternos rivales, Rafa Nadal, y no digo que no lo vaya a superar,
pero Federer tiene algo que en el manacorí no acabo de encontrar. Por lo que ha
hecho, por lo que hace y por lo que le queda por hacer quiero agradecer haber vivido
en la misma época que él.
Javi (@javielnoval)
Twittear
No hay comentarios:
Publicar un comentario