Una vez
más somos testigos de los “trucos” que utilizan algunos deportistas para
conseguir sus objetivos. Nadie sabe cual es la razón exacta por la que estos
profesionales deciden arriesgar tanto, pero realmente creo que no merece la
pena. El de hoy es un artículo para discutir, no es una verdad absoluta, podéis
estar de acuerdo conmigo o no.
Ha
caído otra leyenda del deporte, Lance Armstrong ha sido despojado de los siete
Tour de Francia que ganó en la época que abarca desde 1999 a 2005. El que fuera
el mejor ciclista de todos los tiempos ha sido relegado al olvido de este
deporte. Todo ello por el hecho de administrarse sustancias ilegales, como
otros muchos ya hicieron en su momento. ¿Es necesario para esta gente jugárselo
todo a una carta con tanto riesgo? El ciclista ni siquiera ha intentado
defenderse, como sí hizo Alberto Contador, para salvar su imagen y su
trayectoria. Según los informes no sólo él se dopaba, si no que “obligaba” a
sus compañeros de equipo a hacer lo mismo. Para añadir más peso a la sanción
más dura impuesta en ningún deporte, no fue la UCI (Unión Ciclista
Internacional) la que destapó todo, como debería haber sido, si no la USADA la
que abriera la caja de Pandora. Hecho que hace sospechar un poco más que la UCI
ocultara posibles datos que inculparan al ciclista incluso antes. En estos
casos nunca se deja todo claro, siempre quedan resquicios de información que no
sé sabe de dónde ha salido ni quién la ha filtrado. En conclusión, esos siete
Tour se quedarán sin ganador para borrar toda pequeña muestra de la existencia
de este ciclista y así, en teoría, que no vuelva a repetirse la historia que
siempre se repite.
Por
desgracia no es el único grande que ha caído en las manos de la tentación de
ser más grande aún. Existe una larga lista de nombres que alcanzaron la gloria
para luego ser relegados al infierno, desde Ben Johnson a Barry Bonds. El
primero se convirtió en el ser humano más rápido de la historia en 1988
arrebatándole al mismísimo Carl Lewis la medalla de oro en los 100 metros lisos.
Sin embargo, días después esta medalla se le resbaló de las manos por
anabolizantes. Años después, otra vez en atletismo, Marion Jones en Sydney 2000
ganó 5 medallas, logrando algo increíble, pero años después confesó haberse
suministrado sustancias dopantes. El propio sucesor de Armstrong, Floyd Landis,
en 2006 ganador del Tour: tres veces más testosterona de lo normal en un
hombre. Marta Domínguez participó en una trama de transferencia de sustancias
dopantes. Y así una larga lista de deportistas que tomaron una mala decisión.
Para mí, el deporte es algo muy
importante y que se puede utilizar de muchas formas para hacer el futuro algo
mejor. Estos sucesos decepcionan a muchos aficionados que se sienten
identificados con deportes y deportistas. El castigo a Armstrong ha sido duro
si, pero ejemplar y espero que sirva para frenar los intentos de engaño en el
deporte.
@javielnoval
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