viernes, 19 de octubre de 2012

El banco malo (ni que hubiera alguno bueno...)


Como bien decía el lunes mi buen amigo Marcos, hace poco más de un año iniciamos el periplo por tierras británicas, y menos aún hace desde que comenzamos a escribir nuestras opiniones en este blog que compartimos con alguno de vosotros. Desde entonces hasta hoy, muchas cosas han cambiado.

Un año atrás, en España gobernaba el Psoe y ahora lo hace el PP; eran algo más de cinco millones los que querían trabajar y no encontraban dónde hacerlo, y ahora son casi seis; la prima de riesgo tocaba los 300 puntos básicos y ahora, tras haber alcanzado la línea roja de los 600, vuelve a estabilizarse en las cifras de hace doce meses; el otoño pasado Mariano Rajoy no había incumplido ninguna de sus promesas electorales (no era nuestro presidente) y hoy aún hay expertos intentando descubrir alguna que haya cumplido; en octubre de 2011 los jóvenes españoles tenían asegurado el acceso a cualquier nivel de estudios, lo cual no está tan claro a día de hoy; y así podríamos seguir durante un buen rato sin encontrar ningún atisbo positivo. En fin, hace un año estábamos bastante mal, ahora estamos (parafraseando a un buen amigo mio) en la mierda. 

Y para salir del fango ( me echan la bronca si meto más de dos palabras malsonantes por artículo, así que me guardo otra para más adelante) en el que nos encontramos, nuestro gobierno ha tomado una serie de medidas de distinto carácter. El factor común entre todas ellas es que, hasta el momento, ninguna ha tenido los efectos anunciados. Más bien todo lo contrario. Una de las más recientes es la creación de un banco malo. Rápidamente vienen a la mente más de una gracieta sobre lo de malo, pero sí, este es malo malo de verdad. Malo con saña, que diría aquél.

Y este banco malo no es más que una sociedad creada por el Gobierno y que se va a encargar de gestionar los activos tóxicos que congestionan nuestro sistema financiero. Para entender un poco más la idea, pongámonos en antecedentes. Sin entrar en detalles, pues la historia de la crisis que estamos sufriendo la conocemos todos, el problema de nuestro sistema financiero es más o menos éste:

  • En plena burbuja inmobiliaria (o como causa de ésta) nuestro sistema financiero se lanzó a otorgar créditos a cualquiera que lo solicitara, preocupándose muy poco de la solvencia de éstos.
  • Es más, dominadas como estaban por los partidos políticos (ya hablaremos otro día sobre esto), las cajas de ahorro financiaron cualquier proyecto que los gobernantes ordenasen. De esta manera, y dada la gran relación entre políticos y empresas constructoras, se multiplicaron por nuestro territorio los pufos inmobiliarios que ahora nos comemos.
  • Así, la explosión de la burbuja pilló a cajas y bancos con el paso cambiado y con unos balances repletos de créditos que ya se antojaban de difícil cobro. Pero disimularon bien, y siguieron valorándolos por la tasación inicial, a pesar de que el precio de mercado de estos activos inmobiliarios era mucho menor, cuando no nulo.
  • El problema surge cuando el gobierno obliga a bancos y cajas a valorar todos estos activos a un precio adecuado, y dotar provisiones por el valor de las pérdidas esperadas. Es decir, si un banco tenía un piso en su poder por valor de 1.000.000 euros debería valorarlo por 650.000 y “guardar” de sus depósitos o beneficios los 350.000 euros restantes.
  • Es aquí cuando sale a relucir que, el que Zapatero nombraba como sistema financiero más sostenible de Europa, es en realidad una chapuza mayúscula, y muchas de estas entidades no pueden hacer frente a las provisiones que se les exigen. Y el banco malo se va a crear, ni más ni menos, para evitar dejar desamparadas a estas cajas y bancos con problemas.

Una vez situados en este punto, podemos explicar el funciomiento de este nuevo organismo. Pues bien, en realidad es muy sencillo. El banco malo se va a encargar de comprar todos estos activos tóxicos que poseen las entidades con problemas, con el objetivo de sanear sus balances y que puedan “generar confianza” para acceder a financiación. Dentro de unos años, quince como máximo, se intentará obtener rentabilidad vendiendo esos pisos, metros de suelo,..., adquiridos. Se piensa que, una vez eliminados estos activos, el crédito volverá a fluir hacia familias y pequeñas empresas. Hasta aquí todo muy bonito. El conflicto surge cuando nos detenemos en la forma en la que el banco malo comprará estos activos. Como hemos dicho antes, cajas y bancos tuvieron que "guardar" un dinero para la rebaja que se ha producido en los precios de los activos tóxicos. En concreto, la obligación que se les impuso fue provisionar un 35% del valor de las viviendas construidas, un 50% de las viviendas en construcción y un 80% del suelo urbano. Es más, algunas entidades no pudieron hacer frente a estas dotaciones y recibieron ayudas del gobierno para ello. Aún así, se da casi por hecho que el precio final será incluso inferior a éste, y que la diferencia entre la valoración inicial y el precio final tendrá que asumirla el banco o caja. Pero hay trampa, porque al estar estas entidades intervenidas por el estado, quien asumirá esta pérdida de valor será el gobierno, es decir, nosotros.

Siguiendo con el ejemplo anterior, un activo con precio inicial 1.000.000 euros podría ser comprado por el banco malo por 650.000 euros sin ocasionarle pérdidas a la entidad correspondiente, pues ésta ya "guardó" los 350.000 euros restantes (repetimos, en algunos casos con dinero de todos nosotros). Pero, como decíamos, el gobierno prevé que estos activos se compren por menos del valor establecido, es decir, por menos de 650.00 euros en este caso. Suponiendo que el precio final sea de 500.000, la entidad volverá a tener una pérdida de 150.000 euros con los que no contaba. Y al no poder asumir esta pérdida, será el gobierno el que, con el dinero que nos van a dejar desde Europa (hasta un máximo de 100.000 millones de euros), va a asumir las nuevas pérdidas.

¿ Por qué quiere el gobierno que el banco malo adquiera estos activos por un menor valor? Muy sencillo: como el ministro anunció hace unos días, se pretende que gran parte del accionariado del banco malo sea privado. Y la inversión privada llegará si ve posibilidades de vender lo que se adquiera ahora a un precio superior. Es decir, cuanto más barato se compre ahora, mayor probabilidad de obtener beneficios cuanto toque vender. Y cuanto más barato se compre ahora, más pérdidas tendrá que asumir el gobierno, más dinero habrá que pedir a Europa, más intereses habrá que pagar y más ajustes nos pedirán (y Rajoy obedecerá, no quepa duda). Los efectos de los ajustes no hace falta que los explique, ¿ verdad?

Pues que queréis que os diga, esta historia me suena. Nos hablan de activos tóxicos, banco malo, balances, provisiones,..., y la conclusión es la misma de siempre: hacer lo imposible para que los sinvergüenzas que nos han llevado a esta situación desesperada sigan sin asumir nada de nada. ¿ A costa de quién? A costa de los de siempre. Del estudiante que deja de tener beca porque ha suspendido una asignatura. Del enfermo que tiene que esperar tres meses para una operación urgente, porque las listas de espera ya son interminables. Del funcionario al que tan fácil es quitarle derechos. Y dentro de poco, del pensionista al que se le congelarán las pensiones mientras el coste de la vida sube un 4% cada año.

Sinceramente, no se si el banco malo será una idea buena o mala. En un momento u otro la situación comenzará a mejorar y se atribuirá el éxito a alguna medida mágica. O quizás aún no hayamos tocado suelo y sigamos cayendo durante mucho tiempo más. Lo que está claro es que, decisión tras decisión, al último que se tiene en cuenta es al ciudadano, mientras el debate gira en torno a qué hacer para atraer a inversores privados, que no son otros que esas agencias de inversión, grandes corporaciones, bancos alemanes, etc., que nos tienen pillados por los huevos desde hace mucho tiempo e impiden que de una vez por todas se tomen decisiones pensando en los que lo están pasando mal, que cada vez son más. ¿ Lo bueno? Que la gente ya se está hartando de tanto mamoneo y cada vez son menos los que aceptan calladitos que les tomen el pelo (por mucho que nuestro presidente alabe esa actitud). Y que por fin, de nuevo cada viernes, me automedicaré contra la indignación escribiendo un par de folios.

@Elfara_chico 

2 comentarios:

  1. Que bueno ud siempre Fara explicando las cosas economico-financieras con tanta sencillez.

    Se acuerda ud de aquella conversacion etílica en el 33 de Langley Road sobre el tema de los pisos? Es ud muy grande, pero mucho

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  2. 33 Langley Road, conversaciones y etilismo...Que gran combinación!!!
    Como olvidar las conversaciones con ud. No se olvidan y se echan mucho de menos.
    Un abrazo!!

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